¡Atención chicas! Si fumas cuida tu piel
Cansadas estamos de leer los mensajes de las cajetillas de fumar, siendo ya de conocimiento general los muchos perjuicios que produce en nuestro cuerpo este hábito.
Ahora la OMS (Organización Mundial de la Salud) podría añadir otro a sus varios eslóganes:
Fumar produce arrugas
Sí, este hábito produce grandes daños en nuestra epidermis y dermis que se acumulan con los años y serán responsables de un envejecimiento cutáneo prematuro.
Numerosas investigaciones médicas han demostrado que fumar multiplica por 3 el número de arrugas faciales, siendo habitual en nuestra práctica médica encontrarnos que los pacientes fumadores presentan arrugas muy marcadas y prematuras, cabello reseco y quebradizo, piel poco hidratada y dificultad en la cicatrización.
¿Por qué ocurre esto?
Al parecer juega un importante papel la isquemia crónica o falta de irrigación a los tejidos, que produce la nicotina al disminuir el riego sanguíneo por un aumento de la vasopresina (potente vasoconstrictor), además el monóxido de carbono (1-3% en cada cigarrillo) al unirse a la hemoglobina disminuye el aporte de oxigeno a la piel.
Otro efecto de este hábito es la disminución de los niveles de Vitamina A, que va a favorecer cambios en la calidad y cantidad de colágeno y elastina acelerando la atrofia dérmica que ocurre habitualmente con los años.
Sin lugar a dudas otro mecanismo que estaría implicado en la aparición prematura de arrugas en los fumadores sería el aumento de radicales libres. Como sabemos los radicales libres se unen a casi todos los elementos celulares afectando su funcionamiento y estructura. Por ejemplo un aumento de los radicales libres favorece la hidroxilación del estradiol (hormona femenina), que se manifiesta clínicamente por un relativo hipoestrogenismo y, como consecuencia de ello, sequedad y atrofia cutánea.
¿Qué podemos hacer si somos fumadoras?
No todo son malas noticias. Investigaciones médicas demuestran que el abandono del consumo de tabaco produce una gran mejoría en nuestra piel en apenas 2-3 meses; sin embrago si todavía no has tomado esta decisión te recomendamos intensificar tus cuidados cutáneos.
¿Como?
Prevención es la palabra clave. Con ese objetivo en la consulta tenemos una guía de orientaciones para nuestras pacientes fumadoras que aquí te facilitamos:
- Uso habitual de crema solar para contrarrestar otro gran factor de envejecimiento: el daño solar. Siendo necesario un factor mayor de 15 spf.
- Alimentación sana rica en antioxidantes, cereales, pescado y aceites vegetales. Sin descartar la suplementación vitamínica oral.
- Cremas con alfa-hidroxiácidos. Utilizados inicialmente en el tratamiento de la psoriasis son unos excelentes exfoliantes que han demostrado reducir las arrugas, por lo que han pasado a formar parte importante de nuestras terapias tanto en cosméticos como en tratamientos en clínica. Mejorando también los cambios de coloración de la piel envejecida.
- Retinoides. Derivados de la vitamina A disminuyen la cohesión de las células epidérmicas produciendo un tacto más fino de la piel. Recomendamos su uso nocturno. Es importante evitar la exposición solar durante su uso.
- Vitamina C. Tanto su suplementación oral como su uso cosmético (habitualmente en serum como tratamiento matinal), es un gran avance en la prevención del daño causado por los radicales libres. Además de un excelente protector solar natural.
- Acido hialuronico. Se ha convertido en pocos años en un potente aliado en las terapias de rejuvenecimiento y prevención del envejecimiento cutáneo. Tanto inyectándolo en forma de mesoterapia facial para hidratar la piel, como reticulado para el tratamiento de arrugas faciales.
Existen además otros tratamientos más especializados como peelings, laser Fraxel, mesoterapia con factores de regeneración plaquetarios o toxina botulínica que deben valorarse en cada caso y que podéis consultar con vuestro medico.
Autora: Dra. Rosanna R. Betancourt
