¿Cómo envejece nuestra piel? (Primera parte)
La piel es un sofisticado y dinámico órgano que supone entre el 15 y el 17 % de nuestro peso corporal. Son varias e importantes sus funciones. Sirve de barrera entre nuestro organismo y el medio externo, regula la pérdida de fluidos y electrolitros, regula la temperatura corporal, forma parte importante de nuestro sistema inmune y sintetiza la vitamina D.
Sin embargo es su función estética la que más nos suele preocupar. Mantener una piel joven mueve la gran industria de la cosmética y la estética médica.
Hoy vamos a revisar de forma sencilla cuales son los procesos implicados de forma general en el envejecimiento cutáneo. Para ello las dividiremos en dos sencillos grupos que a efectos prácticos también nos permitirán dividir las dos grandes lineas de tratamiento en el rejuvenecimiento cutáneo.
1. ACUMULACIÓN DE DAÑOS EN LAS ESTRUCTURAS CELULARES
Ocurren desde que nacemos, aunque no veamos sus consecuencias hasta años después.
+ Oxidación
Los radicales libres producidos por la oxidación son elementos inestables que se unen todas nuestras moléculas biológicas alterando las membranas, el ADN, las mitocondrias, el colágeno, etc, siendo esta una de las grandes causas del envejecimiento global y no solo de la piel. El origen de los radicales libres puede ser tanto intrínseco provenientes de nuestro metabolismo como extrínsecos (radiaciones, tóxicos, tabaco, contaminación, etc). Siendo por todos los factores que aumenten la producción de radicales libres y hagan que el organismo vea saturados sus sistemas antioxidantes.
¿Cuáles son?. Las radiaciones solares, el habito de fumar, las dietas pobres en frutas y verduras, el ejercicio físico excesivamente intenso o el alto nivel de estrés son los grandes enemigos a combatir.
+ Glicación
Llamamos Glicación a un conjunto de reacciones oxidativas y no oxidativas entre azucares y proteínas, nucleótidos y lípidos, que llevan a la formación de AGES (productos finales de la glicación), provocando un daño irreversible de nuestras moléculas.
En nuestra cocina podemos observar un proceso de glicación al poner un barniz de azúcar en gelatina sobre el jamón y al cocinarlo ver que se vuelve una costra pegajosa de color caramelo. Algo similar ocurre en nuestro interior cuando el exceso de azucares refinados sobrepasa a nuestros sistemas de protección, viéndose numerosas estructuras afectadas.
Una molécula muy sensible a la glicación es el colágeno de la piel el cual se vuelve rígido y pierde funcionalidad.
Esta reacción es incrementada por los excesos de azucares refinados en sangre, por lo que debemos evitar este tipo de alimentos. Ejemplo: refrescos de cola.
+ Metilación
La metilación es un proceso importante que utilizamos para de regulación del ADN sobre el cual ampliamos conocimientos actualmente. Si se ha comprobado que su alteración esta implicado en el acortamiento telomérico, en causas de cáncer por falta de control en la división celular y en el envejecimiento general. Para su correcto funcionamiento necesitamos vitamina B12, vitamina B6 y ácido fólico. Aunque no afecta especialmente a la piel como los dos anteriores descritos, si participa en el envejecimiento celular general incluidas las células cutáneas.
Todos los productos acumulados de la oxidación, glicación, etc se acumulan en piel y alteran tanto su funcionalidad, como su apariencia y textura. Las consecuencias estéticas serán fundamentalmente la aparición de manchas solares, telangiectasias, flacidez, cambios de pigmentación, arrugas finas, queratosis, disminución del espesor dérmico.
Por ejemplo: El acúmulo de elastina y colágeno dañado por el sol es un fenómeno que conocemos bajo nombre de elastosis solar y fotodaño severo, fenómeno que podemos apreciar en su versión más intensa en pacientes expuestos de forma diaria al sol como pescadores.
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